Casa Batlló


Casa Batlló

La Casa Batlló es un edificio en el centro de Barcelona, ​​completamente restaurado por Antoni Gaudí entre 1904 y 1907. Está considerada una de las obras fundamentales del arquitecto catalán, máximo exponente del modernismo catalán.

La historia del edificio

Situada en el número 43 del Passeig de Gràcia de Barcelona, ​​la Casa Batlló es el resultado de una reforma integral de un edificio construido anteriormente en 1877.

El proyecto original de 1877, firmado por el arquitecto Emili Sala i Cortés, no tenía ninguna característica particular, pudiendo definirse como un estilo clásico propio de la época. El edificio contaba con sótano, planta baja destinada a local comercial, cuatro plantas de uso residencial y jardín trasero.


En 1900, la totalidad del edificio fue comprado por Josep Batlló, importante industrial textil de la época, para convertirlo en la residencia de su familia.

Josep quería un arquitecto que pudiera diseñar una casa completamente diferente a la construida hasta ese momento, y que destacara como una obra atrevida y creativa.

Por ello, optó por confiar en Gaudí, que ya tenía cierta reputación en la ciudad por haber construido el Parc Güell, y le pidió explícitamente que le presentara un proyecto ambicioso. Gaudí no se escatimó y creé un proyecto absolutamente innovador para los Batllós.

La intención inicial del industrial era derribar la casa para reconstruirla por completo, pero Gaudí lo convenció de que una reforma sería suficiente. El proyecto, presentado al Ayuntamiento de Barcelona en 1904, requirió tres años de trabajo para completarse.

La casa estuvo habitada por la familia Batlló hasta 1954, cuando fue comprada por una compañía de seguros. Sometido a otras reformas, fue vendido en 1993 a sus actuales propietarios, una empresa privada que permitió su alquiler para albergar eventos, antes de convertirlo en museo en 2005.


El estilo de Gaudí

Como todas las obras diseñadas por el arquitecto catalán, el resultado final es tan ecléctico que sólo se puede definir como modernista o Art Nouveau en un sentido más amplio.


Se puede decir que la casa forma parte de la época “naturalista” de Gaudí, con claras referencias al mundo marino en cada detalle de la casa, haciendo de todo el edificio la realización de un sueño.

Sin embargo, las soluciones adoptadas no solo son de gran impacto artístico: la casa se concibe dando gran importancia a la funcionalidad y habitabilidad, con mucho cuidado por la creación de un ambiente que esté adecuadamente iluminado y ventilado.

Qué ver

El exterior de la casa Batlló

La fachada está decorada con un característico mosaico de colores de cerámica y vidrio de colores vivos (trencadís), que crean diferentes efectos ópticos en función de la dirección de la luz que los ilumina. El techo es arqueado y cubierto con cerámica iridiscente, recordando en su forma el lomo de un dragón.

Los balcones fueron hábilmente reconstruidos en piedra y hierro forjado, recordando un motivo de "hueso". Estos balcones, cuando se iluminan de cierta manera durante la noche, cambian de apariencia, convirtiéndose en partes de un cráneo, murciélagos gigantes o lo que el observador pueda imaginar.

Los interiores de la Casa Batlló

Los interiores de la casa fueron diseñados por Gaudí con el mismo cuidado mostrado por los exteriores, y haciendo un uso extensivo de diferentes materiales para lograr el resultado deseado: piedra, hierro, madera y cerámica se utilizaron de las más diversas formas, con el trabajo de hábiles artesanos. , para crear un resultado que, además de crear asombro en los visitantes, fuera sumamente funcional para los habitantes de la casa.


Como en muchos otros proyectos de Gaudí (en primer lugar el de La Pedrera), los interiores de la casa están diseñados de forma que se aprovechen las superficies curvas, limitando el uso de esquinas interiores.

La planta baja se diseñó para permitir actividades comerciales (entre los distintos inquilinos citar la empresa de los hermanos Lumiére, que habían inventado el cine) mientras que las plantas superiores se destinaron a viviendas: entre estas destaca la primera planta, destinada a la familia Batlló. Con más de 700 metros cuadrados de superficie, es la planta principal del edificio.


La primera planta, actual sede del museo, tiene un acceso independiente desde la calle: cada detalle recuerda elementos de la naturaleza, como los lucernarios en forma de tortuga y los pasamanos que recordaban la columna vertebral de un monstruo marino.

La entrada a la casa consta de un gran salón, utilizado en ese momento para fiestas y eventos sociales, caracterizado por grandes ventanales que podían permitir una iluminación adecuada y que hacían del salón un escaparate en la calle de abajo.

Gaudí, para permitir el uso de los espacios de una manera diferente, diseñó puertas de roble que dividían el salón en tres partes cuando estaban cerradas, pero que podían abrirse de tal manera que crearan un ambiente único si fuera necesario.

El interior de la casa se iluminó aún más con la presencia de un patio interior (patio de luces), típico de la arquitectura española. Gaudí hizo revestir las paredes del patio con cerámica blanca y azul, dispuestas de tal manera que reflejaran más luz hacia el interior.

El ático es uno de los espacios más ingeniosos de la casa: utilizado como salas comunes en el condominio y otros cuartos de servicio, se construyó repitiendo, en toda su extensión, unos 60 arcos de catenaria con gran impacto visual, representando además una solución absolutamente de ingeniería. innovador. El arco de catenaria se utiliza actualmente para la construcción de puentes y estructuras, siendo de los diversos tipos de arco el que mejor descarga las tensiones estructurales.


Dónde está la Casa Batlló y cómo llegar

Casa Batlló se encuentra en el número 43 del Passeig de Gràcia de Barcelona, ​​se puede llegar en metro desde la parada Passeig de Gràcia (líneas 2, 3 o 4) o desde la parada Diagonal (líneas 3 y 10); en autobús es servida por las líneas H10, V7, 15, 22 y 24.

Horarios y billetes

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Casa Batlló abre los 365 días del año, de 9 a 21 horas. Se permite la entrada hasta las 20:00 horas.

El billete normal cuesta 23,5 euros. Hay un descuento de 3 euros para los menores de 18 años, estudiantes universitarios (con carnet universitario) o mayores de 65 años. Los niños menores de 7 años entran gratis. Otros descuentos están disponibles con las siguientes tarjetas turísticas: Bus Turístic, Barcelona City Tours, Barcelona Card, Barcelona Pass, Minicards Minicards, Ruta del Modernisme y Barcelona Walking Tours.

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