Este restaurante ofrece una gastronomía contemporánea y de temporada que combina lo mejor de la cocina asturiana y catalana.
Destacaría la espectacularidad de cada plato, que es una fiesta de sabores. Las combinaciones de puntos cítricos con las verduras son increíbles y se disfruta mucho al comer. Además, la cocina utiliza productos de Km. 0 y sigue la filosofía Slow Food.
El ambiente del restaurante es maravilloso, con una excelente insonorización que permite hablar tranquilamente a pesar de que esté lleno de mesas de grupos grandes. Sin embargo, en mi visita nos tocó una mesa al lado del baño con poco espacio entre nuestra silla y la mesa de al lado, por lo que le pondría 4 estrellas al ambiente.
El servicio en este restaurante es impecable y muy atento a los detalles. El personal es amable y servicial, y nos ayudó a ordenar y nos dio recomendaciones de Comida y vinos. Además, el camarero que nos atendió siempre venía con una sonrisa, lo cual es de agradecer.
Sí, definitivamente recomendaría este restaurante. La comida es increíble, el ambiente es maravilloso y el servicio es impecable. Es una experiencia gastronómica que vale la pena disfrutar.